Desde tiempos inmemoriales la transmisión de la cultura ha sido un importante factor de progreso para la humanidad. Cultura oral, cultura escrita, cultura impresa, cultura audio-visual y cultura electrónica son términos que expresan fases de la historia de la civilización. Primero en forma oral, el saber se transmitió de generación a generación mediante la interacción directa entre los hablantes. Después, con la invención de la escritura, la imprenta, la radio y la televisión se generó una nueva forma de transmitir el saber colectivo de manera audiovisual y electrónica. Y, hoy, las nuevas tecnologías de la comunicación encabezadas por Internet, como su máximo exponente, han roto las barreras del tiempo y del espacio hasta el disparo mismo de la instantaneidad.
Partiendo de esta visión histórica, los medios de comunicación pueden considerarse como factores determinantes en la creación y desarrollo de la cultura.
Contexto histórico cultural
La evolución cultural se abre camino y es imposible resistirse al influjo de su movimiento. Los años ochenta presenciaron el advenimiento de la sociedad de la información y figuran ya en la historia de la comunicación como la década de la gran revolución de las comunicaciones. La explosión de las nuevas tecnologías de la información dio lugar a un profundo cambio que se extendió por toda la vida social. Este cambio transformó todos los sectores de la actividad y trajo consigo grandes mutaciones en el campo económico, social y cultural. Emergió un nuevo orden cultural identificado como la ‘cibercultura’ que no sólo implicó nuevas condiciones socioculturales sino que resquebrajó el orden establecido.
En el umbral del siglo XXI, el inusitado desarrollo de la telemática ha generado una revolución digital que es la antesala de una lógica cultural distinta. Ahora podemos hablar de una revolución digital que se refleja no sólo en el advenimiento de nuevos medios de comunicación, sino en la aparición de sistemas expertos, inteligencia artificial y comunicación parasocial.
La tecnología de las computadoras asociada con las telecomunicaciones configuran una cultura tecnosocial identificada como ‘cultura telemática’. Los individuos pertenecientes a esta nueva cultura interactúan mediante una presencialidad distante gracias a la telefonía y al recurso computacional. Esta convergencia de medios, a la que me he atrevido a identificar con el nombre de mediamórfosis, no es otra cosa más que el producto acumulado de un desarrollo cultural que se ha transmitido de generación a generación.
Alfabetización tecnológica
La alfabetización tecnológica consiste en una serie de competencias para el uso de las nuevas tecnologías que incluyen conocimiento y habilidad. Conocimientos relacionados con el Hardware y el Software básicos para el manejo de programas de aplicación y habilidad para su uso práctico. El conocimiento de los límites y alcances de los nuevos medios habilita, también, para una selección adecuada de medios en la práctica comunicacional.
Los nuevos códigos comunicacionales impactan en las formas culturales generando un lenguaje cotidiano entre los hablantes que han adoptado la nueva cultura. De esta manera, entran en un proceso de alfabetización tecnológica que les da competencia comunicativa para interactuar con todos los alfabetizados.
Indiscutiblemente que toda innovación cultural genera división entre los que la adoptan y los que la rechazan. Entre los alfabetizados y los analfabetas en el tema. Llevado al ámbito de la escuela, por ejemplo, muchas veces esta diferencia se establece entre el docente y sus alumnos, ya que, generalmente, son los alumnos quienes primero se apropian de este lenguaje y lo dominan.
En este caso particular, ¿qué papel juegan las nuevas tecnologías? La respuesta es sencilla, si la información y el conocimiento son los productos básicos del proceso educativo, la alfabetización telemática es importante porque mejora la eficiencia para generar la producción intelectual.
La evolución cultural se abre camino y es imposible resistirse al influjo de su movimiento. Los años ochenta presenciaron el advenimiento de la sociedad de la información y figuran ya en la historia de la comunicación como la década de la gran revolución de las comunicaciones. La explosión de las nuevas tecnologías de la información dio lugar a un profundo cambio que se extendió por toda la vida social. Este cambio transformó todos los sectores de la actividad y trajo consigo grandes mutaciones en el campo económico, social y cultural. Emergió un nuevo orden cultural identificado como la ‘cibercultura’ que no sólo implicó nuevas condiciones socioculturales sino que resquebrajó el orden establecido.
En el umbral del siglo XXI, el inusitado desarrollo de la telemática ha generado una revolución digital que es la antesala de una lógica cultural distinta. Ahora podemos hablar de una revolución digital que se refleja no sólo en el advenimiento de nuevos medios de comunicación, sino en la aparición de sistemas expertos, inteligencia artificial y comunicación parasocial.
La tecnología de las computadoras asociada con las telecomunicaciones configuran una cultura tecnosocial identificada como ‘cultura telemática’. Los individuos pertenecientes a esta nueva cultura interactúan mediante una presencialidad distante gracias a la telefonía y al recurso computacional. Esta convergencia de medios, a la que me he atrevido a identificar con el nombre de mediamórfosis, no es otra cosa más que el producto acumulado de un desarrollo cultural que se ha transmitido de generación a generación.
Alfabetización tecnológica
La alfabetización tecnológica consiste en una serie de competencias para el uso de las nuevas tecnologías que incluyen conocimiento y habilidad. Conocimientos relacionados con el Hardware y el Software básicos para el manejo de programas de aplicación y habilidad para su uso práctico. El conocimiento de los límites y alcances de los nuevos medios habilita, también, para una selección adecuada de medios en la práctica comunicacional.
Los nuevos códigos comunicacionales impactan en las formas culturales generando un lenguaje cotidiano entre los hablantes que han adoptado la nueva cultura. De esta manera, entran en un proceso de alfabetización tecnológica que les da competencia comunicativa para interactuar con todos los alfabetizados.
Indiscutiblemente que toda innovación cultural genera división entre los que la adoptan y los que la rechazan. Entre los alfabetizados y los analfabetas en el tema. Llevado al ámbito de la escuela, por ejemplo, muchas veces esta diferencia se establece entre el docente y sus alumnos, ya que, generalmente, son los alumnos quienes primero se apropian de este lenguaje y lo dominan.
En este caso particular, ¿qué papel juegan las nuevas tecnologías? La respuesta es sencilla, si la información y el conocimiento son los productos básicos del proceso educativo, la alfabetización telemática es importante porque mejora la eficiencia para generar la producción intelectual.
Internet y cultura multimedia
Internet como cualquier otro instrumento cultural, tiene su referente esencial en anteriores instrumentos culturales creados por el hombre en un proceso mediamórfico. Es decir, Internet es el resultado de la convergencia y la fusión de otros medios, como lo son: la telefonía y la informática. Cada nuevo medio de comunicación retoma, comprende y adapta anteriores sistemas de signos. De este modo, no podemos hablar de Internet al margen de los instrumentos que lo hacen posible y que conforman su naturaleza y desarrollo actual. En este contexto es necesario vincular a Internet con la World Wide Web, en el marco de la cual se hallan integradas muchas de las posibilidades de actividad digital desarrolladas hasta la fecha, como son: e-mail, telnet, news, chats, ftp, etc.
Internet representa el primer medio capaz de integrar bajo un mismo sistema comunicativo a una amplia variedad de producciones culturales apoyadas en lenguajes anteriores. La naturaleza compleja de esta integración constituye una característica esencial de este medio. No obstante esta macro-estructura en la que se combinan producciones culturales apoyadas en otros medios trae consigo la propia modificación de los sistemas anteriores que están en su génesis. Las características de Internet, como nuevo sistema simbólico, hacen referencia no sólo a los contenidos y temas que aborda, sino también a los estilos y estructuras narrativas, los cuales proponen nuevos contextos de uso y actividad. Por esta razón es muy frecuente encontrar cursos de estilística para redactar en Internet.
Por otra parte, no podemos considerar a Internet como un medio de comunicación de masas, aunque sea un medio de comunicación universal, su carácter interactivo sitúa al usuario en un papel activo e individual.
En esta nueva cultura comunicacional instaurada por el advenimiento de Internet, la Web se esta convirtiendo en un libro gigantesco que contiene una gran cantidad de páginas individuales, home pages que muestran los mapas ideológicos de cada individuo. La tecnología de la red facilita la navegación solitaria por diferentes mundos imaginados que se desea conocer. Este placer digital individual es lo que algunos expertos han llamado la realidad virtual. La tecnología multimedia tiene la capacidad de transportar a los usuarios a espacios públicos virtuales, a través del mundo privado de la PC. Las pantallas electrónicas ofrecen visitas inmersivas a través de mandos como el Mouse, el Joy Stick y el Key Board, que dan constante actividad y movilidad en el espacio con solo mover los controles.
Internet como cualquier otro instrumento cultural, tiene su referente esencial en anteriores instrumentos culturales creados por el hombre en un proceso mediamórfico. Es decir, Internet es el resultado de la convergencia y la fusión de otros medios, como lo son: la telefonía y la informática. Cada nuevo medio de comunicación retoma, comprende y adapta anteriores sistemas de signos. De este modo, no podemos hablar de Internet al margen de los instrumentos que lo hacen posible y que conforman su naturaleza y desarrollo actual. En este contexto es necesario vincular a Internet con la World Wide Web, en el marco de la cual se hallan integradas muchas de las posibilidades de actividad digital desarrolladas hasta la fecha, como son: e-mail, telnet, news, chats, ftp, etc.
Internet representa el primer medio capaz de integrar bajo un mismo sistema comunicativo a una amplia variedad de producciones culturales apoyadas en lenguajes anteriores. La naturaleza compleja de esta integración constituye una característica esencial de este medio. No obstante esta macro-estructura en la que se combinan producciones culturales apoyadas en otros medios trae consigo la propia modificación de los sistemas anteriores que están en su génesis. Las características de Internet, como nuevo sistema simbólico, hacen referencia no sólo a los contenidos y temas que aborda, sino también a los estilos y estructuras narrativas, los cuales proponen nuevos contextos de uso y actividad. Por esta razón es muy frecuente encontrar cursos de estilística para redactar en Internet.
Por otra parte, no podemos considerar a Internet como un medio de comunicación de masas, aunque sea un medio de comunicación universal, su carácter interactivo sitúa al usuario en un papel activo e individual.
En esta nueva cultura comunicacional instaurada por el advenimiento de Internet, la Web se esta convirtiendo en un libro gigantesco que contiene una gran cantidad de páginas individuales, home pages que muestran los mapas ideológicos de cada individuo. La tecnología de la red facilita la navegación solitaria por diferentes mundos imaginados que se desea conocer. Este placer digital individual es lo que algunos expertos han llamado la realidad virtual. La tecnología multimedia tiene la capacidad de transportar a los usuarios a espacios públicos virtuales, a través del mundo privado de la PC. Las pantallas electrónicas ofrecen visitas inmersivas a través de mandos como el Mouse, el Joy Stick y el Key Board, que dan constante actividad y movilidad en el espacio con solo mover los controles.
Pero, ¿cual ese el impacto cultural de esta modalidad comunicativa? Internet ofrece muchas imágenes y múltiples lenguajes que facilitan la comunicación de diversas verdades individuales. La valoración indeterminada de estas verdades genera una ‘crisis de la verdad’ que podríamos identificar como una pérdida de confianza en el discurso lingüístico. Otro impacto cultural de las nuevas tecnologías se puede apreciar en la esfera pública ya que la sociedad moderna se presenta con un sentido de comunidad alterado por Internet que tiende a la individualización.
Por otra parte, existe un rompimiento de las reglas comunicativas tradicionales y la red pasa a ser regulada únicamente por reglas definidas por los navegantes. Sin embargo, visiones más optimistas afirman que las comunidades virtuales de Internet invocan prácticas nuevas de ciudadanía. Las capacidades personales se extienden y se crean nuevas formas de interacción social y relación personal.
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